Educación 4.0

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martes, 17 de marzo de 2015

Ya he cambiado...

Pocas veces me atrevo a escribir un post sobre mis experiencias con mis alumn@s, pero he de reconocer que esta vez voy a aprovechar una experiencia con ellos para justificar un post en el blog.

A lo largo de mi vida laboral, 14 años de experiencia, he tenido la suerte de poder ser tutor, personalmente creo que es gratificante aunque conlleva responsabilidad y carga de trabajo extra, y mi especialidad, 3º de ESO, niños y niñas de 14-15 años. Divina edad, la adolescencia en estado puro, esa maravillosa edad donde las emociones están a flor de piel.

La excusa del post es un comentario de una alumna después de sus notas de 2º trimestre, textualmente dijo:

- “Ya he cambiado”

¿Perdón?, ¿se puede cambiar el carácter y la atención de un día a otro? (Pensé)

A raíz de ese comentario me hubiese gustado responderle que creo que neuronalmente no va a cambiar así de rápido, aunque dentro de unos años es probable que ese ansiado cambio ya se haya producido.

Al principio no tenía ninguna intención de darle más vueltas al comentario, pero un segundo alumno me volvió a afirmar que él también iba a cambiar. ¡No me lo puedo creer, dos veces en una semana! La pregunta del millón es si ¿una persona adolescente puede cambiar así de rápido?.

Para poder dar respuesta a esta pregunta nos tenemos que ir a un mundo que me apasiona, la neurociencia y allí he buscado las posibles respuestas. Detallo que es lo que está pasando en ese cerebro adolescente.

Para empezar deberíamos definir adolescencia. Podemos decir que la adolescencia es la etapa que se caracteriza por el desarrollo físico y cognitivo de la persona. Es la fase de desarrollo entre la infancia y la etapa adulta. Por la tanto es una etapa de maduración cerebral y la cual será clave para su futura personalidad.

Profundicemos en el cerebro, ¿qué les está pasando? Pues bien, lo que les pasa es que los axones (esas largas fibras nerviosas que las neuronas utilizan para enviar señales a otras neuronas) mejoran el aislamiento que tienen en etapa infantil y esta mejora la produce una sustancia grasa llamada mielina. El cerebro en fase infantil es de color gris, mientras que en etapa adolescente y adulta destaca por un color blanco. Este cambio de tonalidad lo da la mielina y su importancia radica en que gracias a esta sustancia los axones multiplican por cien su velocidad de transmitirse con las neuronas.

Cabe recordar que el cerebro alcanza su máximo tamaño a final de la etapa infantil pero a lo largo de la vida de la persona irá cambiando su estructura gracias a la plasticidad cerebral.

Por otro lado tenemos las dendritas (estructuras ramificadas por las que las neuronas reciben la información) se ramifican más y las sinápsis (Conexiones químicas entre los axones y las dendritas) más utilizadas se fortalecen y se mejoran. Las sinapsis menos utilizadas se van eliminando y esta reducción de sinápsis “inútiles” hace que la corteza cerebral sea más delgada y eficiente.

No está mal, el adolescente está cambiando el cerebro, lo está haciendo más rápido y eficiente. Pero mi respuesta ha de esperar, y es que está maduración y cambios se produce a lo largo de toda la adolescencia.

Por lo que podemos entender de lo poco que he explicado deducimos que la adolescencia es clave para la maduración de la personalidad de la persona ya que el cerebro está en continua transformación, unas áreas crecen, otras se reducen mediante la poda sinóptica y otras se reorganizan.

Esta transformación del color blanco del cerebro se da en diferentes momentos desde los 8 años hasta los 18 y su expansión cerebral es como si fuese una onda expansiva. A medida que esto sucede se mejoran las capacidades cognitivas como la memoria, el estudio, la lectura y la compresión lectora.

Esta maduración del cerebro va desde la parte posterior a la frente, desde el tronco donde se controlan las funciones primitivas y básicas hacia el lóbulo frontal donde se controla el pensamiento.

Esta maduración tiene una cronología bastante establecida:



  1. Ensanchamiento del cuerpo calloso, el cual es responsable de enviar la información de un hemisferio a otro

  2. Maduración del lóbulo parietal, responsable de la coordinación y el movimiento

  3. Maduración áreas encargadas de los estímulos sensoriales

  4. Lóbulo frontal y temporal, áreas responsables de los procesos cognitivos y emocionales

  5. Corteza prefontal, encargada del control de los impulsos, juicio y toma de decisiones.

Esta maduración, para colmo, es diferente entre los niños y las niñas, así que mi respuesta deberá esperar un poco más.

Esta diferencia sexual de maduración la provoca las hormonas de la pubertad, las cuales son producidas a edades diferentes y de forma diferente. Las chicas las producen y liberan cíclicamente, mientras que los niños lo hacen de forma continua. Esta diferencia de ritmo de hormonas provoca que las niñas maduren antes la zona de la corteza frontal zona que procesa el lenguaje, control del riesgo, la agresividad y la impulsividad. En cambio los chicos maduran antes regiones del lóbulo inferior parietal, zona responsable de las tareas espaciales.

Estas diferencias de maduración también destacan en el hipocampo y en la amígdala por lo que también será diferente el desarrollo cognitivo y social a lo largo de la adolescencia.

Todos estos cambios tendrán más velocidad o persistencia en función de las experiencias personales y toma de decisiones, gracias a la plasticidad cerebral.

Creo que ya tengo mis ansiadas respuestas:

Como primera conclusión podemos afirmar que el cerebro de mis alumnos adolescentes está sufriendo rápidos cambios y por lo tanto son cerebros inestables.

La segunda conclusión es que en comparación con los adultos, los adolescentes usan menos las regiones del cerebro que controlan el rendimiento, detectan errores, planifican y mantienen la concentración, áreas los adultos ponen en funcionamiento de forma automática. Esto podría explicar el motivo por el cual los adolecentes son tan irritables en cuestión de horas.

La tercera conclusión es que su cerebro está preparado para abandonar la protección del núcleo familiar y salir al mundo exterior, a experimentar, a tener actitudes temerarias, a ser desafiantes y a establecer y a crear sus propias redes sociales.

Es esta actitud de correr riesgos o actitudes temerarias, el experimentar lo que preocupan más a sus padres o incluso a los profesores. Su cerebro no se para a valorar el riesgo como nosotros los adultos, su cerebro calibra no el riesgo o el peligro, si no lo que valora es el beneficio o el reconocimiento social de sus actos.

La cuarta conclusión es que el cerebro adolescente busca escapar de una realidad o mundo creado por los adultos para relacionarse con sus iguales, por eso las amistades y su grupo social es tan importante para los adolescentes. Es el momento de adquirir nuevas experiencias y traspasar informaciones entre cerebros en formación.

La quinta conclusión es que en esta edad es cuando el cerebro adolescente desarrolla la región prefontal media, área donde encontramos los circuitos encargados de la memoria autobiográfica, es decir la personalidad o la identidad, es el preguntarse el ¿cómo soy?.

Vamos a por la respuesta al comentario de mis alumnos. Primero ella.

Las relaciones sociales les provoca un estrés adicional que se reduce gracias a las relaciones sociales, hablando o conversando entre iguales. Esta reducción del estrés es a través de los estrógenos que son los encargados de activar la liberación de dopamina y la oxitocina, hormonas responsables de la felicidad y la confianza respectivamente.

Respecto a mi alumno, la elevación de los niveles de testosterona activa la liberación de vasopresina, hormona de la energía masculina, provocando que el interés sea destacar entre sus iguales y mantener su jerarquía entre el sexo masculino.

Así que creo que me espera un curso divertido.

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