Educación 4.0

Recursos educativos y TIC's del futuro a partir de las nuevas tendencias educativas

martes, 1 de enero de 2013

¿Utilizar móviles en clase?

Gran frase aquella "Si no puedes con el enemigo, alíate?. Este artículo extraido del siguiente blog, defiende la posibilidad de utilizar el teléfono móvil en clase.
Sin duda alguna es interesante la postura del autor del mismo. Reproducimos el artículo.

"No, parece que nuestros hijos/as no son los únicos a quienes se castiga por usar el móvil en clase. Según un reciente estudio de la Universidad de Haifa, en Israel el 94% de los alumnos de secundaria (de 14 a 18 años) accede a los social media a través de sus smartphone en clase. Los datos no creo que sean demasiado diferentes en nuestro contexto (excepto por el detalle de que quizás el nivel socioeconómico de la población haga que muchos menos tengan smartphone con conexión a internet).

Pero no era la estadística la que me sorprendía sino sus matices. Los resumo e interpreto en el contexto del Aprendizaje aumentado, de la educación en el contexto de la explosión tecnológica y las competencias que pasan a ser esenciales:

-Los alumnos pasan las sesiones “conectados”, no hay tiempos de clase en los que algún alumno no esté conectado. Como veremos muy pronto en una publicación conjunta sobre la Psicología del individuo conectado que preparo, vivimos un estado de conexión permanente, incrementado a través del uso de celulares y servicios de mensajería instantánea (whatsapp, lines y similares) que introduce algunas novedades en nuestra cognición, relaciones sociales, formación de la identidad, etc.

-Escuchar música, tomar y editar imágenes, jugar a juegos, enviar mensajes de texto e imágenes e incluso hablar son las actividades que se desarrollan con más frecuencia.

-En cuanto a frecuencia parece que los estudiantes dicen estar utilizando sus smartphone el 60% del tiempo de sus clases.

-El uso disminuye con la edad, mostrando tal vez una evolución en el autocontrol y la responsabilidad lógicas.

Lo siguientes son los puntos que me resultan más interesantes:

-En las clases con los profesores más permisivos con el uso de teléfonos móviles  se registraba un uso menor que en aquellas en las que el profesor imponía una dura disciplina. Bien sabido es que en tiempos adolescentes, de autoconstrucción de la propia identidad de forma diferenciada a la de los demás, de desarrollo de la independencia, no son precisamente los métodos autoritarios los que funcionan. Creo que en este caso también se trata de un tema evolutivo: si bien para los más jóvenes puede funcionar el miedo, con la madurez va siendo (afortunadamente, desde el punto de vista de las teorías del desarrollo moral)  la autoresponsabilidad la protagonista.

-Con profesores más experimentados el uso del móvil en clase era menor, quizás porque conocen, tanto las claves para impartir clases magistrales amenas como que no hay atención humana que sobreviva a cierto tiempo de pura escucha sin desconectar.

-Se usan en mayor medida los teléfonos en humanidades que en clases de ciencias. En general, a medida que crece la dificultad de la materia, como en matemáticas o Inglés, el uso de los celulares disminuye.
El tema me parece especialmente grave cuando probablemente sea en humanidades que más fácil, útil y necesario resulta que los alumnos adopten el papel proactivo y crítico que nos hará más libres.

En definitiva y volviendo al estudio, la cuestión es importante, pudiendo afectar, para los investigadores, a la atmósfera del colegio, la experiencia de aprendizaje del alumno  y el agotamiento del profesor si lo entiende como una falta de respeto o disciplina en clase.

 TAC, TEP de nuevo…


Para mi, por el contrario, quizás porque desde siempre he sido docente de formación híbrida entre lo virtual y lo presencial, supone un ejemplo  excelente de lo que fue un titular reciente de una entrevista que me hacían: la llegada de las tecnologías a las aulas es necesaria e inevitable. Es necesario integrar las tecnologías interactivas, participativas, las TAC pero también las que denominamos TEP (Tecnologías para el empoderamiento y la participación) en las aulas.

Agosto pasado me prestaba un buen ejemplo en un colegio de Avellaneda, Argentina. Yo era la visita programada del Ministerio de educación y me mostraban sus instalaciones y plataformas colaborativas en Internet, el uso de los contenidos educativos oficiales, etc. En algún momento de la visita, dentro de un aula de biología que combinaba curiosamente los 1*1 del programa estatal con alguna que otra bio-reliquia disecada, parece que el wifi empezó a dar problemas. La profesora encargada estaba nerviosa, hasta que una niña, haciéndole señales discretas le avisó de que había activado el wifi de su celular para que los que no lo tenían pudiesen conectar.  Mientras, otros conectaban al portal educativo desde los suyos para completar la tarea, brindando un ejemplo de “Bring Your Own Device” (aporta el dispositivo que quieras) que además me pareció un excelente ejemplo de implicación del alumno en un ámbito, como el de las tecnologías, que le es familiar.

En fin… nada que no hayamos dicho ya en mil ocasiones: la educación actual, cuando andamos rodeados de información y conocimiento y resulta necesario aprender durante toda la vida, debe convertirse en orientación del aprendizaje. El modelo de las “flipped classroom”  inspirado por la Khan academy en que las clases magistrales que cualquier reproductor de video puede proporcionar se convierten en tareas secundarias a un aprendizaje en el aula mucho más proactivo, son la clave del cambio.

Tenéis mucho más en la conferencia y el resumen que os dejo y desde la que os invito también a protagonizar una participación sin la que ningún aprendizaje se convierte en significativo."





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